Este pasado fin de semana hemos ido hasta la provincia de Chiriquí, área que aún no habíamos ido y que teníamos muchas ganas de conocer. Concretamente hemos estado en Boquete, donde se ha celebrado la Feria anual de las Flores y el Café desde el jueves 12 de enero hasta el 22 de este mismo mes.
Un poco de historia
Sus inicios remontan al año 1950, aunque por esos entonces era conocida solamente como Feria del Café y no era celebrada anualmente como hoy en día, sino que era organizada cuando la comunidad se ponía de acuerdo para ello.
Y así se organizaron cuatro ferias, hasta que ya en el año 1970 no pudo inaugurarse la feria debido a unas fuertes inundaciones que afectaron las instalaciones. Es en ese momento que los boqueteños deciden realizar la feria anualmente para mostrar su café y sus flores al resto del país, así que un año después se inaugura la sexta feria y así hasta la actualidad.
Nuestra experiencia
Como ya hemos dicho anteriormente, esta ha sido la primera vez que íbamos hacia las Tierras Altas de Panamá, y aprovechando que se celebraba la feria decidimos ir para allá.
El viernes por la tarde agarramos el coche y nos tiramos a la carretera hacia nuestro destino, y evidentemente nos quedaban unas cuantas horas por delante, ya que el tranque que se creó hasta pasado Coronado, ¡fue de campeonato! Así que si os animáis a salir un viernes por la tarde, armaros de paciencia.
Finalmente a eso de la 1 de la madrugada llegamos a nuestro hotel, del cual os vamos a hablar en otro artículo, y nos metimos directos a la cama para aprovechar bien el sábado.
Como el objetivo principal de ir a Boquete era conocer la Feria, decidimos destinar el primer día que estábamos allí para hacerlo.
Después de desayunar nos fuimos directos al recinto ferial, donde compramos nuestros tiquetes: $2 por persona, precio que nos pareció más que asequible. Una vez dentro te encuentras con un gran “jardín” donde hay plantadas miles de flores, creando entre ellas varios mosaicos; artesanía local y de otras zonas; puestos de comida y bebida; música y mucho ambiente. Bueno, de hecho el ambiente está más por la noche que por la mañana, pero ahora os lo contamos.
Por la mañana, el ambiente está más relajado, cosa que te permite pasear y verlo todo con más tranquilidad, sin apretujones ni esperas. Algunos puestos de comida y puestecitos aún están cerrados, pero vale la pena ir a esa hora si lo que queréis es ver las flores y tomar fotografías. Nosotros tuvimos la mala suerte de que durante todo el día hubo una nieblita que traía gotitas de agua, y nos molestó un poquito (sobre todo a la hora de tomar fotografías).
Por la noche, decidimos ir otra vez a la feria para cenar algo y ver el ambiente por la noche. Solamente en el camino hacia la entrada se podía ver que la cantidad de gente que había a esa hora no tenía nada que ver a la de la mañana, colas infinitas de coches en el pueblo y grandes grupos de gente hacia la entrada de la feria.
Y es aquí cuando encontramos el primer y único pero de la feria. Como ya hemos dicho, el precio de la entrada nos pareció muy bueno, pero solo te permite entrar una vez, así que si por la tarde quieres volver a ir no solo tienes que comprar otra entrada, sino que tienes que volver a hacer la cola.
Nuestra idea era comer algo, ya que habíamos visto que a dentro había varios puestos de comida y volver a pagar como que molesta un poco. A nuestro parecer creemos que si la entrada fuese un poquitín más cara y que se pueda usar durante todo el día al igual la gente que ha ido por la mañana se anima a volver por la noche, y de esta manera favorece también a los que tienen un negocio a dentro.
Pero bueno, opiniones personales a parte, volvemos a lo que íbamos. Como nuestro objetivo era la feria, hicimos la cola que nos tocaba y compramos otra entrada. Y allí estábamos de nuevo.
Como nos imaginábamos, casi no se podía ni caminar a dentro del recinto. Había un montón de gente paseado, bailando, comiendo… Y es que si por la mañana habían la tiendecitas y puestos de comida, por la tarde/noche se le sumaban dos “discotecas” (entrada a parte), un escenario con música en directo e incluso ¡un canopy!
Después de cenar y tomar más fotografías, solo nos quedaba ir a los mecanizados y pasear un poco más por la feria que hay alrededor del recinto.
La verdad es que volvemos muy contentos, superando nuestras expectativas. Y es que Chiriquí tiene algo, tiene algo que hace que no tengas suficiente, que quieras conocerlo más y más… así que esperamos volver pronto hacia a esas tierras. Por cierto, se nos olvidaba comentar que podéis llevar a vuestro perro con vosotros, así que ¡otro punto positivo!
Si queréis más información sobre la Feria, la podéis encontrar en su web: http://feriadeboquete.com/